ESTE BLOG PERJUDICA SERIAMENTE A LA IGNORANCIA

SI QUIEREN GASTAR MENOS EN CÁRCELES, INVIERTAN MÁS EN EDUCACIÓN

domingo, 29 de junio de 2008

LENNON, Johnn: Imagina

Imagínate que no hay cielo... Es fácil si lo intentás.
Sin infierno abajo, sólo el firmamento encima nuestro.
Imagínate a toda la gente viviendo para hoy.
Imagínate que no hay países... no es tan difícil hacerlo.
Nada por quien matar o morir.
Y tampoco ninguna religión.

Podrás decir que soy un soñador,
Pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo será uno solo.

Imagínate que no hay posesiones... me pregunto si podés.
Que no hay ninguna necesidad de codicia o hambre,
Una hermandad del hombre.
Imagínate toda la gente compartiendo todo el mundo.

Podrás decir que soy un soñador,
Pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo será uno solo.

JOHN LENNON (1940/1980)




John y Yoko realizaron muchas campañas antibélicas. La que tuvo más difusión fue la que realizaron en las grandes capitales del mundo con la leyenda: “LA GUERRA HA TERMINADO (SI USTED QUIERE)”. Para ello, John pagó de su bolsillo un millón de dólares. Con eso compró páginas enteras en los principales diarios y alquiló por quince días grandes carteleras en las calles con la misma leyenda. La factura de todos esos gastos la envió proporcionalmente a los presidentes de los países que estaban involucrados en alguna guerra. Nadie jamás le pagó nada.

viernes, 27 de junio de 2008

PEZA, Juan de Dios: Reír llorando


Viendo a Garrik —actor de la Inglaterra—
el pueblo al aplaudirle le decía:
”Eres el más gracioso de la tierra
y el más feliz”... Y el cómico reía.
Víctimas del spleen los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegose un hombre de mirar sombrío:
”Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte,
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión, la de la muerte”.

—Viajad y os distraeréis.
— ¡Tanto he viajado!
—Las lecturas buscad.
—¡Tanto he leído!
—Que os ame una mujer.
—¡Si soy amado!
—¡Un título adquirid!
—¡Noble he nacido!
-¿Pobre seréis quizás?
—Tengo riquezas
—¿De lisonjas gustáis?
—¡Tantas escucho!
—¿Qué tenéis de familia?
—Mis tristezas.
—¿Vais a los cementerios?
—Mucho... mucho...
—¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
—Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
yo les llamo a los muertos mis amigos,
y les llamo a los vivos, mis verdugos.
—Me deja —agrega el médico— perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podéis curaros.
—¿A Garrik?
—Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.
—¿Y a mí, me hará reír?
—¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él. Mas... ¿qué os inquieta?
—Así —dijo el enfermo— no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si solo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas.
Aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.

Juan de Dios Peza (México, 1852/1910)
¿Quién fue Garrick? David Garrick (1717-1779): actor y empresario teatral inglés. En el siglo XVIII, con la primera revolución industrial, aparecieron las fábricas, los horarios laborales imposibles, el consumismo y, entre otros importantes avances de la humanidad, “las depresiones”. Los médicos de la época, ajenos a la futura invención del psicoanálisis y los antidepresivos, tuvieron que recurrir a un remedio natural e infalible para paliar tanta infelicidad: ¡La Risa! Los teatros de comedia se llenaron de pacientes que, aun teniéndolo todo, se sentían infelices, y los actores, de alguna manera, se convirtieron en terapeutas emocionales. Uno de los “quitapenas” más reconocidos de esa época fue un inglés, llamado David Garrick, actor, escritor, productor y por encima de todo, un cómico infalible, con el que nadie podía dejar de reírse. Podríamos decir que los médicos del XVIII, ayudados por un siempre inspirado Garrick, inventaron un tratamiento emocional que triunfa en el XXI, la "Risoterapia".

miércoles, 25 de junio de 2008

GIRONDO, Oliverio: Espantapájaros

No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higos; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias: ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar, ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Esta fue, y no otra, la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa...


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Oliverio Girondo: Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1891, en el seno de una familia adinerada que le procuró una esmerada educación en importantes centros educativos europeos.Estudió Derecho, y muy pronto, a raíz de sus contactos con los poetas exponentes de la vanguardia europea, publicó en 1922 su primer libro de poemas, «Veinte poemas para ser leídos en el tranvía», seguidos luego por «Calcomanías» en 1925, «Espantapájaros» en 1932, «Persuasión de los días» en 1942, «Campo nuestro» en 1946 y «En la masmédula» en 1954, obra que constituye en su trabajo más audaz en el campo de la poesía.Al iniciarse la década de los años cincuenta, guiado por su interés en las artes plásticas, incursionó en la pintura con una marcada tendencia surrealista, gracias a su profundo conocimiento de la pintura francesa. En 1961 sufrió un grave accidente que le disminuyó sus condiciones físicas. En 1965 viajó por última vez a Europa y a su regreso a Buenos Aires, falleció en 1967.


martes, 24 de junio de 2008

GALEANO, Eduardo: La carta



Enrique Buenaventura estaba bebiendo ron en una taberna de Cali, cuando un desconocido se acercó a la mesa. El hombre se presentó, era de oficio albañil, perdone el atrevimiento, disculpe la molestia:
—Necesito que me escriba una carta. Una carta de amor.
—¿Yo?
—Me han dicho que usted puede.
Enrique no era especialista, pero hinchó el pecho. El albañil aclaró que él no era analfabeto:
—Yo puedo escribir, yo sé. Pero una carta así no sé.
—¿Y para quién es la carta?
—Para... ella.
—¿Y usted qué quiere decirle?
—Si lo sé, no le pido.
Enrique se rascó la cabeza.
Esa noche, puso manos a la obra.
Al día siguiente, el albañil leyó la carta:
—Eso —dijo, y le brillaron los ojos—. Eso era. Pero yo no sabía que era eso lo que yo quería decir.


Eduardo Galeano
Uruguay, 1940

NERUDA, Pablo: Poema 20


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

(Chile, 1904/1973)


23 de septiembre de 1973: en Isla Negra en medio de la tragedia que ha cubierto a Chile y mientras los golpistas queman y destruyen sus libros, saquean sus propiedades y torturan y asesinan a sus amigos, el insigne poeta salta a la eternidad.

lunes, 16 de junio de 2008

DE LA VEGA, Jorge: Proximidad



Estar cerca, aproximarse,
acercarse, estrecharse y abrazarse,
rozarse, bordearse y confundirse
y ceñirse y apretarse, apiñarse, agavillarse,
allegarse, adjuntarse e incluirse,
hacinarse, apropincuarse y anudarse
y reanudarse, avecinarse y convivirse.
Unámonos, unifiquémonos,
añadámonos, sumémonos, adicionémonos
reunámonos, liguémonos, recopilémonos
aliémonos y enlacémonos,
conciliémonos y aglutinémonos,
adhierámonos, amalgamémonos y barajémonos,
enrosquémonos, embebámonos e intercalémonos
y entrelacémonos y entremezclémonos y
entretejámonos.
Compañera, acompañante,
consecuente, inseparable, connivente,
confusa, aproximada, convergente,
yuxtapuesta y adyacente, fronteriza e inherente,
inclusa, incluida y subsiguiente:
fijate cuánto podría hacer la gente
si el diccionario fuera menos imponente.


Jorge de la Vega



JORGE DE LA VEGA (Argentina, 1930/1971). Pintor autodidacto que exploró las cualidades sensoriales de la psicodelia, y cuestionó la pintura como arte de elite ("Entiendo que la pintura está terminada. Durante mucho tiempo nos hicieron creer que el artista pertenecía a una elite, que era un ser privilegiado, todo espíritu, abstracción incontaminada. En consecuencia, los poderosos de dinero se apropiaban de esa elite: el artista sólo producía para ellos y no llegaba a quien debe llegar, a la masa"). En los años 60s formó parte de la Nueva Figuración ("Fuimos en busca de una figura pero agregándole toda la fantasía y el embadurne de la niñez")Como cantautor, fue un protagonista fundamental en el movimiento denominado Nueva Canción. Compuso y editó su disco "El gusanito en persona", y grabó un segundo aún inédito.Dibujó historietas, diseñó afiches, presentó exposiciones y exposiciones-concert, participó de espectáculos musicales en el Di Tella, el Regina, el SHA y La Fusa. Y quería que la gente tarareara sus cuadros e imaginara sus canciones...

miércoles, 11 de junio de 2008

DENEVI, Marco: Un cuento de horror


La señora Smithson, de Londres (estas historias siempre ocurren entre ingleses), resolvió matar a su marido, no por nada sino porque estaba harta de él después de cincuenta años de matrimonio. Se lo dijo:
- Thaddeus, voy a matarte.
- Bromeas, Euphemia -se rió el infeliz.
- ¿Cuándo he bromeado yo?
- Nunca, es verdad.
- ¿Por qué habría de bromear ahora y justamente en un asunto tan serio?
- ¿Y cómo me matarás? - siguió riendo Thaddeus Smithson.
-Todavía no lo sé. Quizá poniéndote todos los días una pequeña dosis de arsénico en la comida. Quizás aflojando una pieza en el motor del automóvil. O te haré rodar por la escalera, aprovecharé cuando estés dormido para aplastarte el cráneo con un candelabro de plata, conectaré a la bañera un cable de electricidad. Ya veremos.
El señor Smithson comprendió que su mujer no bromeaba. Perdió el sueño y el apetito. Enfermó del corazón, del sistema nervioso y de la cabeza. Seis meses después falleció.

Euphemia Smithson, que era una mujer piadosa, le agradeció a Dios haberla librado de ser una asesina.

Marco Denevi
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Marco Denevi nació en Buenos Aires, Argentina, en 1922. Su primera y siempre recordada novela, Rosaura a las diez, obtuvo el Premio Kraft en 1955, iniciándolo en el camino de la literatura. Posteriormente recibió el Primer Premio de la revista Life en castellano en 1960 por la nouvelle Ceremonia secreta, y el Premio Argentores en 1962 por El cuarto de la noche. A partir de allí, conquistó un justo prestigio internacional basado en una obra profunda y deslumbrante. También quiso ser dramaturgo. Los Expedientes, obra estrenada en el teatro Cervantes, recibió el Premio Nacional de Teatro. Siguieron después otras obras -El emperador de la China, Cuando el perro del ángel no ladra-, pero Denevi dijo haberse dado cuenta de que no tenía otras condiciones para el teatro que las propias del espectador de obras ajenas, y no volvió a insistir. Desde 1980 practicó el periodismo político, actividad que, según él, le ha proprocionado las mayores felicidades en su oficio de escritor.
Murió en la Ciudad de Buenos Aires el 12 de diciembre de 1998.

sábado, 7 de junio de 2008

BENEDETTI, Mario: Informe sobre caricias

1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen

2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada

3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria

4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto

5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia

6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación

Mario Benedetti
(Uruguay, 1920)

lunes, 2 de junio de 2008

CASTILLO, Abelardo: Literatura y felicidad


“La literatura está cargada de fatalidad y de tristeza. ¿Por qué? La vida no es siempre fea. Lo que pasa es que, en el fondo, la literatura es un conjuro contra la infelicidad y la desdicha. La gente quiere ser feliz. Pero la felicidad no hay que escribirla: hay que vivirla. O por lo menos intentar vivirla. En la literatura se pone el deseo, la nostalgia, la ausencia, lo que se ha perdido o no se quiere perder. Por eso es tan difícil escribir una buena historia feliz. La historia de amor más hermosa que se ha escrito es Romeo y Julieta. Pero es una catástrofe. Ella tiene catorce años y él dieciocho, y terminan suicidándose. Qué linda historia de amor. Uno confunde la felicidad con las felicidades, con ciertos momentos transitorios de dicha o alegría. La felicidad absoluta no existe, y se escribe, justamente, porque la felicidad no existe. Existen pequeños instantes de felicidad, o alegrías fugaces, que, si se consigue perfeccionarlos en la memoria, pueden ayudar a vivir durante muchísimos años. La literatura también es un intento de eternizar esos momentos”.

ABELARDO CASTILLO

(Ser escritor, Bs. As., Seix Barral, 2007, p. 36)

Abelardo Castillo nació en Buenos Aires en 1935. Es miembro del Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Como novelista destacan: La casa de ceniza (1967), El que tiene sed (1985, Premio Municipal de Literatura) y Crónica de un iniciado (1991, Premio Club de los Trece a la mejor novela del año). También ha publicado libros de cuentos: Las otras puertas (1961, Premio Casa de las Américas), Cuentos crueles (1966), Los mundos reales (1972), Las panteras y el templo (1976), El cruce del Aqueronte (1982), Las maquinarias de la noche (1992) y Cuentos completos (1997). De teatro: El otro Judas (1961, estrenada en Buenos Aires y Premio de los Festivales Mundiales de Teatro de Varsovia y Cracovia), Israfel (1964, estrenada en Buenos Aires en 1966 y Premio Internacional de autores dramáticos Latinoamericanos Contemporáneos), Tres damas (1968), Teatro completo (1995), Sobre las piedras de Jericó (estrenada en Buenos Aires en 1975) y El señor Brecht en el salón dorado (estrenada en Buenos Aires en 1982). Y como ensayista destacan: Las palabras y los días (1989), Ser escritor (1997) y EI oficio de mentir (1998).También ha publicado antologías extranjeras. Es director y co-fundador de las revistas literarias: El Grillo de papel (1959-1974), El Escarabajo de Oro (1961-1974) y El Ornitorrinco (1977-1986).